Gilgamesh

¿De qué lado estás tú?

Luego del incidente terrorista el 10 de octubre, el cielo se ha convertido en un espejo psicodélico, reflejando tristemente la sombra de lo que fue una civilización. Mientras el mundo lucha para ser reconstruido nuevamente, dos poderosas fuerzas luchan en una terrorífica batalla…

La serie Gilgamesh toma lugar en un futuro no muy lejano. Lo que resta de una sociedad prospera son los escombros y pedazos de edificios, sin la posibilidad de utilizar alta tecnología, ya que el cielo no lo permite. Computadoras, televisores, teléfonos, etc., son inútiles ahora, pero extrañamente los automóviles, radios e incluso equipo médico siguen cumpliendo su función. Todo inicia con una pareja de hermanos, Kyoko y Tetsuya, huyendo de unos mafiosos y la deuda que su madre les dejó. Se internan en lo que parece un hotel abandonado donde conocen un grupo de jóvenes con poderes extraordinarios que se encargan de los mafiosos que los seguían. Ellos se quieren hacer cargo de la pareja y hacerlos parte de Gilgamesh. Estos jóvenes se ven envueltos una vez más en una batalla cuando una dama de negro llamada Condesa de Werdenberg llega con un grupo de adolescentes a enfrentarse a las fuerzas de Gilgamesh, pagar la deuda de la pareja de hermanos y reclutarlos en su lucha contra Gilgamesh.
Los dos hermanos se enfrentan a una difícil decisión. Por un lado están los de Gilgamesh, quienes quieren su ayuda para renovar el mundo, mientras que la condesa dice que los quiere para que le ayuden a luchar contra los de Gilgamesh porque estos quieren destruir el mundo. ¿A quién le deben de creer?

Más allá de la trama post-apocalíptica del anime, las batallas y lucha por el poder entre ambos bandos, algo que me llamó la atención es que la serie pone un fuerte énfasis en la relación de familia. Los hermanos huyen juntos de los cobradores de la deuda, pero también de un oscuro pasado, con una madre alcohólica y despreocupada, tal vez abusiva, que obligó a los niños a cargar con el peso de sus acciones y que hizo que Kyoko criara a su hermano Tetsuya, ella fue su hermana pero también su madre. La condesa adoptaba a los niños con poderes y les brindaba una educación y refugio, algo que nunca tuvieron en el pasado, y los obligaba a comer juntos, como toda familia debe de hacerlo. Los lazos de amistad van creciendo y se siente la unión, necesidad de compañía y protección de los que están con la condesa. Igual entre los miembros de Gilgamesh, que, aunque estaban más distanciados los unos de los otros, siempre se hacían llamar familia. Un giro muy interesante en la serie es la despedida de los hermanos, ya que Kyoko no poseía los mismos poderes que su hermano Tetsuya, por lo que pudo llegar a sentir envidia e incluso se sintió excluida del grupo de jóvenes, ya que, siendo lao única que no tiene poderes, no encajaba en los planes de la condesa y se sentía inútil, además de ver a su hermano compartiendo con otros cuando en el pasado ella era todo lo que él tenía y viceversa. Se puede decir que esta sub-trama, o trama secundaria, dejaron en otro plano la trama principal, lucha entre Gilgamesh y la condesa, pero lo hacía de una buena manera. A veces era más interesante ver que iba a suceder entre los hermanos o entre Kyoko y un miembro de Gilgamesh, que estar viendo a los chicos destruir monstruos. Otros temas que la serie desarrolla junto a sus personajes son la envidia, el engaño, la injusticia, la infidelidad y el wincest

Otro punto alto de la serie es la música. Tiene una serie de canciones de música clásica que calzan excelente con el momento en el que se está. Se utiliza mucho el piano y otros instrumentos. Emperor Concerto de Beethoven es una pieza que se toca a menudo.

El lunar de la serie es el final. A falta de un episodio para la conclusión de la serie habían demasiados cabos sueltos y viendo cómo iba la cosa no es para nada inesperado como resolvieron todo. Tal vez con un episodio más todo hubiera quedado de una mejor manera. En cierta forma me recordó a Evangelion. Es un estigma que las series de este género tendrán por siempre, ser comparadas con Evangelion. Todo el tema filosófico rebuscado hacia el final hizo que la serie pasara de ser algo muy completo e interesante, que de verdad se disfruta de principio a fin, a ser una serie con un final que te llena de dudas y dices “Bleh, está bien”. No por eso hay que dejar de verla, no. Más bien es una serie que recomiendo ampliamente, ya que te mantiene al borde del asiento todo el tiempo, averiguando poco a poco los secretos de la condesa, lo que hizo que el cielo dejara de ser azul y fuera reemplazado por un espejo, o por qué estos niños nacen con poderes desconocidos luego del ataque terrorista.